¿Qué alumno no se ha preguntado alguna vez durante una clase de matemáticas: “¿y esto para qué me sirve?”

Las matemáticas nos rodean por todas partes, aunque estén ocultas, éstas forman parte de nuestra vida diaria. Aparecen en la naturaleza como en los fractales, en el arte como la razón áurea, en los mosaicos de La Alhambra, en los elementos decorativos, en la publicidad, en las ilusiones ópticas, en las esculturas, en la arquitectura, etc., es decir, vivimos rodeados de matemáticas.

Las matemáticas son la principal herramienta con que han contado los seres humanos para entender el mundo que les rodea, desde la célula al espacio, desde lo más pequeño y cercano a lo más lejano.

Estamos acostumbrados a que las cosas funcionen solas, pero detrás hay algo que las hace funcionar.

Sería imposible pensar en el desarrollo económico, científico y tecnológico de un país sin las matemáticas. Son el motor del cambio: no hay avión, robot, computador… tecnología del futuro que no se alimente de matemáticas.

En nuestra vida cotidiana las tenemos en cada llamada que hacemos por teléfono móvil (marcamos un número y ahí está la persona con la que queremos hablar), las cámaras digitales, el uso de los cajeros automáticos de un banco, la predicción del tiempo, la televisión vía satélite, los ordenadores, Internet (introducimos una palabra en Google y en segundos obtenemos cientos de resultados), la construcción de obras públicas, el scanner y TAC de los médicos, la traducción automatizada de cualquier idioma, encriptado y descifrados de mensajes secretos (como tarjetas de crédito), las simulaciones por ordenador (ver el comportamiento de un edificio o puente ante un terremoto), los efectos especiales del cine, la música, el arte y un largo etc.

¿Y directamente a ti, aquí y ahora, para qué te sirven? Por si todavía te parece poco, las matemáticas son fundamentales en la educación de los jóvenes, no sólo por el conocimiento matemático en sí mismo, sino porque enseñan a pensar. Las matemáticas nos sirven principalmente para desarrollar nuestra capacidad de razonamiento. Las matemáticas educativas tienen precisamente ese objetivo, el de enseñar, entrenar y capacitar tu razonamiento.

Y ahora que sabes todo esto, puede que empieces a mirar las matemáticas con otros ojos y veas que además de ser útililes pueden ser divertidas e incluso fascinantes.